En general, no soy muy amigo de las tartas de queso. Pero es que esta es diferente.
La textura es como la de una mousse, el sabor muy suave y, además, no necesita horno (#AhorraconUanpound).
Olvida la NewYork Cheesecake, que esta es mucho mejor.
A por ella.
Ingredientes
Para la base de galleta:
- 40g de mantequilla
- 8 galletas Digestive
- 1 cucharada sopera de azúcar moreno
Para la crema:
- 400g de queso crema (tipo Philadelphia)
- 400 ml de nata para montar
- 50g de azúcar glass
- 1 cucharada de café de extracto de vainilla
- La ralladura de medio limón.
Aclaraciones
Las galletas que sean Digestive. Vamos, pueden ser de marca blanca, pero del tipo Digestive. El sabor y la textura no tiene nada que ver con las María doradas tradicionales.
El queso crema debe ser normal, nada de variedades «Light«. Necesitamos el queso en toda su potencia para que la tarta cuaje. Y no os hagáis cruces que os he visto echándole un ojo al queso nuevo que venden con chocolate milka.
La nata tiene que ser «para montar«. La versión «para cocinar» no es buena para esta tarta porque no tiene grasa suficiente y no montará bien. Lo ideal es conseguir una con un poco más del 35% de materia grasa, da igual la marca.
Por último, con las cantidades que os he puesto se rellena un molde de 20 cm hasta arriba. Podéis usar un molde más grande y la tarta quedará un poco más baja, según vuestro gusto.
Elaboración
En primer lugar realizamos la masa de galleta. Para ello sólo hay que mezclar la mantequilla derretida con las galletas ralladas y el azúcar moreno.
Para conseguir las galletas desmigadas podemos hacerlo en el accesorio picador de la batidora (con 5 segundos están) o bien meter las galletas en una bolsa de plástico y pasar el rodillo por encima hasta conseguir que se desmenucen.
Una vez tenemos la masa de galleta y mantequilla, la distribuimos por el fondo del molde uniformemente. Hay que asegurarse que quede compacta, así que habrá que presionar con una cuchara. Para que quede firme, metemos el molde con la base en la nevera, mientras realizamos el resto de la tarta.
En un bol grande, ponemos el queso crema, con la ralladura del medio limón y la cucharadita de extracto de vainilla. Y batimos bien hasta que la mezcla queda homogénea.
En otro bol echamos la nata con el azúcar glass y batimos hasta conseguir que se monte firme. Yo utilizo una batidora de varillas eléctrica, si no tienes, me temo que tendrás que dar al batidor con energía durante unos minutos. Eso sí, cuidado con la batidora porque como te pases de revoluciones, haces mantequilla.
Unimos ahora ambas cremas de manera suave sin agitar mucho, para evitar que se baje la nata.
Y, por último, echamos esta mezcla sobre la base de galleta. Importante que al final, con una espátula, nivelemos la tarta, para que nos quede una buena presentación.
La cubrimos con film transparente y al congelador. Necesita una media hora para que se cuaje y quede perfecta. Si no tenéis sitio en el congelador, podéis dejarla en la nevera, pero necesitará mucho más rato (unas cuatro horas).
Acordaos de sacarla de la nevera unos diez minutos antes de servirla. Si la sacais con excesiva antelación, no pasará nada grave pero la crema quedará un poco pachucha. Ante la duda, mejor dejarla en la parte alta de la nevera.
Por último, para servirla, puedes cubrirla por entero con mermelada de arándanos o frambuesa (riquísima la de la «La vieja fábrica») pero yo prefiero poner varios cuencos con diferentes tipos de mermelada. Así cada uno elige y puedes darle diferentes toques a la misma tarta. También se puede tomar tal cual sale, sin aditivos, y está riquísima.
¡Qué aproveche!
PD: Por si dura más de una tarde, es importante conservar la tarta en la nevera (si no, la nata podría estropearse)
Vaya, a mi me pasa lo contrario que a ti: soy megafan de las tartas de queso. Y, sobre todo, como esta: sin horno y cuajada sin gelatina. Siempre estoy probando nuevas fórmulas, la próxima será esta.
Por eso es una tarta de queso especial! Jejeje Muchas gracias por tu comentario y espero que, si la haces, me muestres el resultado!! 😉
Hice un parecida allá por el pleistoceno, pero usé galletas de chocolate para la base y para cubrir toda la altura del molde. La crema era igual, con nata y philadelphia y fue un exitazo. Ahora probablemente usaría la mitad de queso philadelphia y la mitad de mascarpone, que aunque tiene un sabor más suave, es más denso (aún) que el philadelphia y ¡queda buenísimo!
Uy, pues lo de las galletas de chocolate no se me había ocurrido, pero me parece una idea estupenda! y lo del mascarpone también me lo apunto. Antes no lo usé porque en los supermercados que tenía cerca de casa no lo tenían y tampoco era plan de hacer excursión a un hiper sólo por un mascarpone. Pero el otro día vi que ya lo sirven, así que se abre un nuevo mundo de posibilidades! jajajaja
Busca en el lidl, por lo menos en el que tengo cerca de mi casa hay un mascarpone buenísimo a mitad de precio que el el carrefour!!!!