La tarta de zanahoria es mi tarta favorita.
No sé si es por la textura esponjosa del bizcocho, el aroma de la canela o lo bien que le sienta la crema de queso, pero la verdad es que cada vez que la hago, nos la zampamos en un santiamén.
La receta está adaptada de un libro que recomiendo vivamente. Se llama «Pastelería. 70 recetas ilustradas paso a paso» y pertenece a una colección de la editorial Grijalbo titulada «Escuela de cocina«. Dentro de la colección hay bastantes títulos, pero este es mi favorito.
En el libro puedes encontrar la receta mucho mejor explicada e ilustrada de lo que yo podría hacerlo, pero aquí está mi versión personal.
Venga, que me pongo el delantal y nos vamos.
Ingredientes:
Para el bizcocho:
- 180 gr de harina de trigo
- 4 gr de levadura química (estilo ROYAL)
- 4 gr de bicarbonato
- 4 gr de canela en polvo
- 4 gr de sal
- 3 huevos
- 210 gr de azúcar (yo suelo usar moreno)
- 140 gr de aceite de girasol (puedes usar de oliva, pero que sea suave)
- 225 gr de zanahorias ralladas
- 50 gr de nueces picadas + unas pocas enteras para decorar
- 45 gr de pasas (yo uso Sultanas)
Para la crema de queso:
- 200 gr (1 tarrina pequeña) de queso crema (Philadelphia o similar)
- 60 gr de mantequilla (que lleve fuera de la nevera un rato)
- 250 gr de azúcar glass
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla (o ralladura de naranja o limón, el caso es aromatizar)
Aclaraciones: Yo suelo usar azúcar moreno en esta tarta en lugar del típico blanco, creo que le queda mejor. El aceite es importante que sea de girasol, porque el de oliva tiene mucha presencia y le resta protagonismo a los otros ingredientes. En cuanto a la levadura, yo tengo ROYAL, pero con la de Hacendado sale igual de bien. He cambiado algunas cosas respecto a la receta original porque me pasa a menudo que en mi Mercadona o Carrefour cercano no hay muchos ingredientes exóticos. En este caso, la receta del libro incluye 4 gramos de «mezcla de 4 especias» y 60 gramos de compota de manzana enlatada que yo he eliminado. Y la verdad, es que tampoco los echo de menos en el resultado final.
Elaboración:
Lo primero de todo, enciende el horno a 180 ºC (calor arriba y abajo), que tiene que ir calentándose.
Lo segundo, prepara el molde, que luego andas a toda prisa con la mezcla hecha y el mode sin untar. Para ello, puedes derretir un poco de mantequilla y untarla por el molde. Luego echamos un poquito de harina y removemos mucho para que se reparta bien y quede una capa finita cubriendo todo. En este momento, que ya tenemos la cocina llena de harina, podemos ponernos a hacer la masa con la tranquilidad de que se va a ensuciar poco más. 😀
Como a mi me gusta esta tarta en varias capas, suelo utilizar dos moldes redondos medianos de 20 cm (iguales entre sí) y así luego no tengo que partir el bizcocho en dos, que me queda siempre fatal.
En un bol grande mezclamos la harina, el bicarbonato, la levadura, la canela y la sal. En otro bol batimos los huevos e incorporamos el azúcar, para tener la crema típica repostera. A esta crema le vamos añadiendo el aceite poco a poco (la teoría dice que «a hilito«, como la mayonesa, pero yo no suelo tener paciencia). Agregamos esta última crema al bol inicial y seguimos removiendo. Echamos entonces las zanahorias ralladas, las nueces medio picadas y las pasas. Le pegamos un último «meneo» (remover sin batir) y al molde y al horno.
Dejamos en el horno unos 50 minutos a 180 ºC y lo vamos vigilando por si nuestro horno es más rápido. En mi caso, como uso dos moldes, la cantidad por recipiente es la mitad y tarda menos en hacerse (unos 40 minutos). Ya sabéis el truco de abuela de meter un cuchillo en la masa y, cuando salga limpio, es que el bizcocho está listo.
Ahora hay que dejarlo reposar y luego hay que desmoldarlo en una rejilla para que se enfríe. Mientras tanto, hacemos el glaseado.
Es muy fácil, simplemente mezclar el queso crema con la mantequilla y el extracto de vainilla (asegúrate de que no queden grumos) y luego vamos añadiendo el azúcar poco a poco. Cuidado porque si echas todo el azúcar de golpe y te pones a batir formarás una polvareda importante. Veréis como, poco a poco, la mezcla va espesando. Realmente podéis dejar de echar azúcar si veis que es demasiado consistente para vuestro gusto. A mi me gusta bastante sólida y que se fije bien al bizcocho así que echo bastante azúcar.
Una vez realizado el glaseado lo metemos un rato a la nevera, para que espese un poco más. La mantequilla, mientras es trabajada, se derrite, pero luego vuelve a su estado sólido.
A partir de aquí, la imaginación de cada uno para montar la tarta de una manera original. Yo no sé hacer zanahorias ideales de fondant, así que unto una parte del bizcocho, pongo la otra capa de bizcocho encima, lo cubro todo de crema y le añado unas nueces de adorno.
Seguro que a vosotros se os da mejor que a mi.
Ni que decir tiene que un buen pedazo con un café con leche hace el desayuno (o merienda) ideal.
¡Qué aproveche!
Vaya pinta!!! Con lo que me gusta a mí esta tarta!!!
Es que está de muerte 😉 Es de mis favoritas
También de mis favoritos ¡¡
Es que merece un altar! jajaja
No te digo yo que no ;). Además la cobertura es de las cosas que más me gusta. No se quien habrá sido el inventor de esta tarta pero de verdad que la bordo cuando la cubrió con queso batido y azúcar glasé 😉
Mi hijo es alergico al huevo…que tal si reemplazo los tres huevos por puré de manzana y algo de la mezcla «no egg» que sirve para reemplazar el huevo en algunas recetas?…
¡Hola Alejandra! Me parece una idea fantástica. También puedes sustituir los huevos por medio calabacín. O, si te apetece, mira esta otra versión vegana de la tarta de zanahoria:
https://condelantalyaloloco.com/2015/03/06/tarta-de-zanahoria-ligera-y-vegana-sin-lactosa-y-sin-huevo/
¡Un saludo!