Cuando me hablan de cupcakes, o esas “magdalenas con gorro” tengo sentimientos encontrados. Por un lado, visualmente son muy atrayentes, todo colorines y llenas de adornos. Un reto para la imaginación tanto por la presentación como por los sabores que pueden ofrecer.
Por otro lado, determinadas cremas (o “frosting”) son muy empalagosas. El frosting típico es el que llaman “buttercream” y que se compone, básicamente, de azúcar y mantequilla en cantidades industriales. Sólo apto para los muy golosos.
Como uno es goloso pero tiene su límite, me he decidido a buscar combinaciones de cupcakes que no resulten tan dulzonas.
Aquí os traigo una muestra deliciosa. Así que venga, coge el delantal y a la cocina.
Ingredientes para unas 10 magdalenas:
- 75 gramos de harina
- 115 gramos de azúcar
- 40 gramos de mantequilla
- 2 cucharadas de postre de Bicarbonato
- 30 gramos cacao en polvo (yo utilizo Valor)
- 1 cucharada de postre de aroma de vainilla
- 1 huevo grande (L)
- 1 yogur natural
- 1 tacita de café espresso
Ingredientes para la crema o “frosting”:
- 100 gramos de chocolate (mínimo 70% cacao)
- 150 gramos de mantequilla
- 85 gramos de azúcar glass
- 40 gramos de cacao en polvo (Valor)
- 1 cucharada sopera de café espresso
Elaboración de las magdalenas:
Precalentamos el horno a 170ºC, calor arriba y abajo (mi horno no tiene ventilador) y preparamos nuestros moldes.
Derretimos la mantequilla (unos segundos en el microondas), añadimos el aroma de vainilla y dejamos reposar.
Mientras, en un cuenco grande, tamizamos la harina, el azúcar, el cacao y el bicarbonato.
A la mantequilla le añadimos el café, el huevo batido y el yogur. Por último, vertemos los ingredientes líquidos sobre los sólidos y mezclamos hasta que quede homogéneo.
Rellenamos los moldes hasta las dos terceras partes y al horno. En poco más de 15 minutos (depende del horno) estarán hechos ¡así que no os distraigáis!
Elaboración del frosting:
Derretimos el chocolate con una cucharada de mantequilla en el microondas y lo mezclamos bien para que nos quede un glaseado.
El resto de la mantequilla (que debe estar blanda) lo mezclamos con el azúcar glass y el cacao en polvo, echando éstos en varias tandas, asegurándonos que no dejamos grumos.
Por último, añadimos el chocolate derretido y el café y removemos bien para que la crema nos quede uniforme.
Truquillo: si veis que os queda grumosa o como con “tropezones” recurrid a la batidora. El resultado será una crema muy suave.
Por último sólo queda adornar las magdalenas. Para ello, muy importante, que tanto las magdalenas como la crema estén frías. Las magdalenas las dejaremos enfriar en una rejilla y la crema la podemos meter unos minutos a la nevera. Si comenzamos a decorar a temperatura ambiente, la crema se derretirá y el resultado será poco atractivo (aunque igual de rico).
El “look” final de los cupcakes dependerá de vuestra habilidad con la manga pastelera. Si es la primera vez que lo hacéis, practicad con la magdalena fea (siempre hay una) y luego os la coméis como auto-recompensa.
De hecho, yo siempre dejo alguna magdalena sin frosting, porque mojaditas en el café están de muerte.